A lo largo de los últimos años, el gigante tecnológico Google ha estado filtrando en su buscador los resultados referentes a “contenidos relacionados con la piratería” en sus funciones de autocompletado y en Google Instant. Como un paso más en esta cruzada, recientemente los medios de comunicación se hacían eco de la decisión de incluir los términos BitTorrent yuTorrent, dos de las principales plataformas para descargar y compartir todo tipo de archivos mediante peer-to-peer (P2p), pese a que posteriormente rectificó su decisión respecto a BitTorrent tras las enérgicas protestas de la compañía y el revuelo ocasionado. Y es que las acciones de Google contra la piratería han llegado incluso al terreno financiero: el pasado mes de febrero, la compañía se reunió con los responsables de Visa, PayPal y Mastercard para tomar medidas con el objetivo de evitar la financiación de sitios web pirata. Pero, ¿a qué obedece realmente la condena de la piratería por parte de Google? La respuesta probablemente se centre en dos motivos principales.
Por otra parte, no podemos perder de vista el importante lobby que conforman las industrias cinematográfica y discográfica, entre otros sectores de actividad que reclaman medidas contra la piratería, como las sociedades de autores. Recientemente la Motion Picture Association of America publicó un estudio que volvió a situar a Google en el ojo del huracán, destacando el papel central que desempeña en la descarga de contenidos protegidos, y que ha reavivado la polémica. Las productoras y discográficas exigen que Google elimine de sus búsquedas todo lo relacionado con estos contenidos para dificultar el acceso a este tipo de páginas por parte de los usuarios. El gigante de Mountain View aseguró que estaba eliminando “contenidos estrechamente asociados con la piratería”, aunque nunca ha revelado qué términos incluía su lista, en una posición oscurantista que en poco contribuye a clarificar la situación.
Pese a que el debate sobre la regulación de los contenidos en Internet promete prolongarse, en mi opinión debería invitar a ciertos sectores de actividad a replantearse cuestiones fundamentales sobre su leit motiv. En vez de intentar atrapar el océano en un vaso, deberían entender de una vez por todas que nos hallamos de pleno en la Sociedad de la Información, con hábitos de consumo y mercados que nada tienen que ver con límites rígidos y normativas, y que probablemente siga transformándose de forma vertiginosa. Quizás en vez de invertir tantos esfuerzos y dinero en mantener un gigante con pies de barro, deberían esforzarse en innovar, en descubrir de qué modo pueden aportar valor a los consumidores mediante nuevos enfoques y plataformas, y creando nuevos mercados. Muy probablemente, les daría más satisfacciones y menos dolores de cabeza…
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